Las patologías de esta especialidad son muy frecuentes en la población, algunas de ellas especialmente conocidas por todos y muy prevalentes en determinados rangos de edad, como la hipoacusia en adultos o las otitis en niños. En muchas ocasiones, se trata de cuadros clínicos que no suponen un peligro para la vida del paciente, pero limitan su calidad de vida, como en el caso de las alteraciones del olfato o los síndromes vertiginosos. Otras veces, lamentablemente, se trata de tumores de cabeza y cuello que suponen un importante riesgo sanitario.